Puebla, Pue. a 10 de
mayo del 2012
Mamá:
Tú eres lo mejor de mi vida, te amo más
que a nadie en el mundo, tú me diste la vida, me alimentaste, cuidaste y amaste
desde pequeño, me llevaste a la escuela, me llevabas de la mano o me cargabas,
me amas desde siempre al igual que yo, me apoyas en todo lo que necesito, me
cuidas y te preocupas por mi bien, siempre estás al pendiente de mí.
Todo me gusta de ti: tu sonrisa, tu forma
de ser, la forma en que tomas decisiones, la manera en que nos tratas a Dani y
a mí, tu afecto, tu voz, etc. Tu carácter es tanto duro como bueno, eres la
mejor mamá del mundo, porque tu no nos gritas, pegas o castigas como otras lo
harían, gracias a ti soy un joven educado, listo, etc., todas ésas cualidades
las he adquirido con el tiempo por los momentos en los que estamos juntos. Tus
abrazos, tus caricias, tus besos, tus apapachos, bondad y todas tus demás
cualidades te hacen la mejor del mundo, ¡gracias! Por soportar todo lo malo que
te he hecho, mis arranques de mal humor, mis gritos, gustos y demás, y que
aparte de todo eso me perdonas pero me guías para no volver a hacerlo, gracias
por tener las ganas de abrazarme y preguntarme cómo me fue cuando llego de la escuela y encomendarme a
Dios cuando voy a salir a la calle, para que me proteja, me cuide y regrese con
bien.
Mamá adorada, aunque a veces me enojo
contigo por cómo eres y como soy, siempre sabes hacerme sonreír y cada vez que
yo bromeo o juego contigo, me sigues la corriente. Tu amor, cariño, atención,
forma de tratarme, vale mucho más que todo el oro del mundo y créeme que por
nada lo cambiaría. Si Dios no lo quiera, me perdieras, siempre recuerda que yo
te amé y te amaré como a nadie más en el mundo, ten presente que siempre estaré
contigo, y si yo te perdiera a ti, nunca te olvidaré, pero te tendré presente
siempre, y sabré que estarás conmigo en las buenas y en las malas y que no
dejarás de amarnos. Pero, en fin, yo sé que eso nunca va a pasar, te amo con
toda mi alma o como decía de chiquito: ¡al infinito y más allá! jaja. Muchas
felicidades, pásatela muy bien en este tu día y espero que te haya gustado este
pequeño regalo, yo sé que te mereces mucho más, pero esto y un fuerte abrazo es
lo que te puedo dar por el momento.
¡GRACIAS POR
TODO LO QUE
NOS HAZ DADO!
Te
ama:
Tu
hijo Luis Fernando Fajardo García
Mi pollito dice pió pió,
mi perrito dice gua gua.
Si los animalitos pueden hablar
yo puedo decir "QUE LINDA ES MAMÁ"
mi perrito dice gua gua.
Si los animalitos pueden hablar
yo puedo decir "QUE LINDA ES MAMÁ"
A la
mujer que es el pilar de mi vida:
Querida mamá no sabría por donde empezar esta
carta, ya que eres lo mejor que me pudo pasar en este mundo, le doy gracias al
destino por haberme puesto en tu camino, por que ese gran corazón que tienes no
lo puede tener otra persona.
Te doy gracias por como me has guiado junto
con mi papá a mi y mis hermanas, con ese corazón y calidad de madre que tienes,
con el cual día con día te esfuerzas y nos das cariño y aliento para lograr de
nosotros unas personas de bien y triunfadoras. Se que muchas veces llegas
casada de trabajar, pero tú estas ahí presente para darme cariño y amor, para
hacerme sentir bien cuando estoy triste, diciendo que me quieres y que no me
deje vencer por los obstáculos que nos pone la vida por que nadie la tiene
comprada y la vida es para disfrutarla y vivirla. En muchas ocasiones yo y mis
hermanas te exigimos mucho, no entendemos que tú nos das lo más importante que
es el amor y el cariño ya que tu mejor oficio es ser mi mamá.
Tú y mi papa son las personas más importantes
en mi vida, gracias mamá por darme la vida y quererme por como lo haces:
ayudándome y explicándome en cosas que no entiendo, por ayudarme a comprender
la vida y aprender a quererla, por no descuidarme y siempre darme todo lo
necesario y sobre todo mi educación que me has enseñado a aprovecharla por que
esta me abrirá muchas puertas en el recorrido de mi vida.
En ocasiones no hay dinero para comprar cosas
que uno quisiera, y entiendo que por esta razón tú a veces te enojas y estas de
malas, ahora entiendo que dura es la vida por que muchas veces ahí des equidad
de genero, por que muchas veces no les dan trabajo a las mujeres, pero tu no te
rendiste y te llego un buen trabajo que es el de ser niñera de mi sobrina y no
se me hace raro por que con ese gran corazón tienes mucho amor para darles a
todos.
Esta carta es muy poco de lo que te quisiera
decir querida mamá, no sabría como describir palabra lo mucho que te quiero y
creo que la palabra que lo resume todo es que te amo amor de mi vida.
Atentamente:
El niño que has guiado con todo tu amor.
Luis Fernando Gutiérrez Lamadrid
Luis Fernando Gutiérrez Lamadrid
Heroica Puebla de
Zaragoza, 10 de mayo de 2012.
Buen
día Ma. Amanda
El día de hoy te escribo estos sencillos
renglones en los que tengo oportunidad de expresar parte de lo que desearía
decir. Hace tan poco que fue la última vez que nos vimos, pero fue hace tanto
tiempo más la última ocasión, en la que hablamos bien; te pido más tiempo de
calidad, y espero estar dispuesto para ello, no olvidarme de ti en caso que me
lo concedas, estar al pendiente de tu comodidad, quisiera ser menos egoísta y
no llenarme tanto de mí mismo y reconocer todos tus esfuerzos. También quisiera
decirte ese: “Te quiero”, aquel que sale de mi amor.
Perdón por ser tan egoísta contigo, no
reconocer tu cansancio y que lo has hecho todo por mi y mis hermanas, por no
tratar seguido de comprenderte y de dejar de hacerme creer a mí mismo que el
incomprendido, he sido yo. Tantas veces, me dio tanta pereza apoyarte, no me
llegaba a importar prácticamente nada, hasta hace poco, que comprendí lo mucho
que necesitabas de un apoyo, y con ello entendí, el tiempo que nos podría
quedar juntos. Solo debo decir: “Perdón”, por que sé, que es más que suficiente
por dos sencillas razones: por que lo digo con toda sinceridad, y porque una
madre siempre tiene amor para perdonar.
También
te quiero felicitar, por que hasta hace pocos meses, habías desempeñado tan
bien tu trabajo como educadora, jamás me tuviste como alumno en un salón de
clases, pero, yo sé que lo hiciste de manera excelente, pues era impresionante
el ver como habías tenido tantos alumnos, y la mayoría de ellos, aun después de
tantos años, te seguían queriendo. Tú no me enseñaste el abecedario, ni me
enseñaste las figuras; pero los muchos o pocos valores que poseo, los tengo
gracias a ti.
Nuevamente te pido
perdón, por las lágrimas que has derramado, por que aunque de todas no fui yo
el culpable, no te supe brindar verdadero apoyo. Cuando llorabas, solo no
entendía porque, yo estaba consiente de lo que sucedía, pero no sabía por que
te tenía que afectar de ese modo ¿qué podía ser yo?, ahora sé mejor tus
motivos, y por ello me comprometo a tratar de comprenderte.
Muchas gracias,
porque muy a parte de que me has regalado la vida, hasta ahora me has enseñado que hacer con ella; pero no solo en los
estudios me has ayudado, si no también con mi persona y carácter, pues me has
dado tu ejemplo; aun que para ello usaste regaños, llamadas de atención,
quejas, pero sé que no lo haces por jugar o diversión, pues a ninguna madre le
gusta ver a su hijo sufrir. Quiero ir hacia adelante, a un paso veloz, y así,
alcanzar tu capacidad de servicio, paciencia, esfuerzo y entrega.
No logro imaginar
como sería mi vida alejada de ti; en si, fuiste mi primer amor, y has sido tú,
quien me enseñó a querer ¡GRACIAS!
Me despido de ti,
sabiendo que todo lo anterior, no podría ser más sincero, y no lo escribo
porque si, o porque de momento se escuche bien, si no porque es lo que siento.
Jiménez Arce Emmanuel.
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